La correcta identificación de los casos de neuritis óptica (inflamación del nervio óptico) es clave en la detección precoz de la esclerosis múltiple (EM), ya que el 50% de los afectados de esta patología oftalmológica acaban desarrollando EM en el futuro.
En el marco del convenio de colaboración entre Fundación Barraquer y Fundación Esclerosis Múltiple, expertos del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (CEM-Cat) y de Clínica Barraquer destacaron la elevada asociación entre la neuritis óptica y la esclerosis múltiple en una sesión informativa celebrada el martes 4 de octubre en el auditorio de Clínica Barraquer.
Xavier Montalbán, director del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (CEM-Cat) y vicepresidente de la Fundación Esclerosis Múltiple (FEM), explicó que uno de los síntomas más habituales a la hora de diagnosticar la esclerosis múltiple es la inflamación del nervio óptico. La neuritis óptica, la afectación del tronco cerebral o cerebelo, y la mielitis son los dos síntomas más habituales de la esclerosis múltiple que ocurren a causa del deterioro de la mielina. En este sentido, Montalbán explicó que el 50% de los afectados por neuritis óptica acaban desarrollando EM y por ello destacó la importancia del diagnóstico oftalmológico de la neuritis óptica para una detección precoz de la EM.
Por su parte Javier Elizalde, co-director del servicio de vítreo-retina de la Clínica Barraquer, añadió que los orígenes de la neuritis óptica pueden ser diversos, de orden infeccioso, bacteriano u otros agentes, y que en muchas ocasiones va asociada a otra enfermedad, como puede ser el caso de la esclerosis múltiple. Jaume Sastre-Garriga, neurólogo del CEM-Cat, insistió en el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple tras un primer brote de neuritis óptica y la importancia de realizar un diagnóstico de la esclerosis múltiple lo más temprano y definitivo posible para iniciar tratamiento y frenar la progresión de esta enfermedad neurodegenerativa. Sastre explicó que tras el diagnóstico de la neuritis óptica es básico realizar una primera resonancia magnética y, a veces, un estudio del líquido cefalorraquídeo para determinar el riesgo que tiene cada paciente de desarrollar una esclerosis múltiple.
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